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La corresponsabilidad como deber ciudadano

Otra voz clave fue la de la general Janet González, quien abordó la violencia de género desde una perspectiva de corresponsabilidad ciudadana y acción preventiva.

Rechazando de forma categórica la frase “en pleitos de marido y mujer nadie se debe meter”, la general afirmó que la intervención oportuna puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. “La clave es ser mediadores y actuar con corresponsabilidad, porque es mejor salvar una vida que lamentarnos por la falta de acción”, declaró con firmeza.

González destacó la importancia de que las víctimas sepan que no están solas, y que existen grupos de apoyo dispuestos a acompañarlas durante el proceso de salir del ciclo de violencia. Enfatizó que la empatía, la escucha activa y el acompañamiento son fundamentales para ofrecer un entorno seguro y restaurador.

La general también subrayó la importancia de que las víctimas sepan que no están solas, y que existen grupos de apoyo que pueden acompañarlas a romper con el ciclo de violencia. En este proceso, la empatía, la escucha activa y el acompañamiento se vuelven fundamentales para ofrecer un entorno restaurador y seguro.

Además, explicó que la violencia muchas veces incluye una manipulación psicológica por parte del agresor, donde la víctima llega a sentirse merecedora del maltrato que sufre. Este fenómeno, conocido como síndrome de indefensión, impide que muchas personas reconozcan que están siendo violentadas y dificulta aún más su decisión de buscar ayuda.

“La víctima internaliza que merece lo que le está ocurriendo”, explicó González, visibilizando una de las barreras más invisibles pero persistentes en estos casos.

También señaló que existen factores sociales que contribuyen al silencio, como la presión social o el miedo al qué dirán, que obstaculizan la posibilidad de denunciar y salir de la relación abusiva.

Por otro lado, recordó que la violencia de género es un delito de orden público, lo que habilita legalmente a cualquier persona a denunciar o intervenir para proteger a la víctima, aun sin ser parte directa del conflicto. Eso sí, aclaró que, aunque se puede mediar en las fases iniciales del ciclo de violencia, una vez se alcanza la fase de explosión, lo que debe prevalecer es la sanción.

El conversatorio concluyó con un mensaje claro: la lucha contra la violencia de género no es solo una responsabilidad estatal, sino una causa que debe unirnos a todos.

 
 
 

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